Aprende a gestionar el cambio de manera sencilla y efectiva y mejora la relación con tú alimentación
A lo largo de nuestra vida pensamos infinidad de veces en realizar un cambio, modificar algún aspecto de nuestro estilo de vida que no nos satisface o no nos hace feliz. A menudo, afrontamos estos cambios con ilusión y positivismo, ya que suponen un beneficio para nuestra salud, pero ¿qué ocurre cuando nos planteamos modificar hábitos que nos acompañan durante años? Puede ser una tarea compleja, ya que son acciones que llevamos realizando durante largos periodos de tiempo y casi consideramos innatas. Sin embargo, esto no es así, no es algo innato, son acciones que realizamos y que a base de repetición aprendemos, es por ello que modificarlos o eliminarlos puede llevarnos tiempo.
Para empezar a gestionar el cambio de alguno de esos hábitos que no nos hace sentir bien, tenemos que definir la palabra cambio, y cambio significa dejar o modificar una situación o actividad para pasar a otra diferente. Es por ello que puede aparecer duda o rechazo ante una situación de cambio. Estos sentimientos de duda y rechazo pueden manifestarse en situaciones en las que nos enfrentamos a un reto nuevo o desconocido.
Hoy veremos dos tips fundamentales que nos ayudaran a empezar con el proceso de cambio:
1º) “YO QUIERO, YO PUEDO»
Situarnos en una posición abierta y de positivismo nos ayudará a adaptarnos con más facilidad ante la situación de cambio que vamos a experimentar.
Es normal tener miedo y sentirse paralizado por el desconcierto de lo nuevo, pero si aprendemos a manejar y positivizar estos sentimientos haremos que jueguen a nuestro favor para dirigir el proceso de cambio.
En resumen, ver el proceso de cambio desde la perspectiva del: yo quiero, yo puedo.
2º) ALÉJATE DE LOS PENSAMIENTOS SABOTEADORES
Es habitual que al inicio del proceso se adopte una postura entusiasta, pero a medida que se avanza, en ocasiones, aparecen pensamientos saboteadores: no puedo, no soy capaz, total para qué. Esto es normal que suceda, el carácter se torna apático y nos frustramos porque hoy no lo hemos conseguido, pero si miramos dentro, si hacemos trabajo de introspección, conseguiremos identificar cuáles son nuestras fortalezas y cuáles son nuestras habilidades para darle la vuelta a la situación y ganarle la batalla al pensamiento saboteador. Y recuerda, si empiezas a pisar terreno del “no puedo”, pregúntate: ¿Para qué lo hago? ¿Cuáles son los beneficios de conseguir lo que me he propuesto?
Si tienes claro que quieres empezar a cambiar alguno de tus hábitos no saludables no lo dejes para mañana: define el objetivo, fíjate un periodo de tiempo para alcanzarlo, revisa cuáles son tu fortalezas y traza un plan de acción alcanzable. Y recuerda que conseguir estos cambios nutrirán tu bienestar y te harán estar más cerca del estilo de vida que deseas.
¿Te has planteado cambiar alguno de tus hábitos? ¿Cuáles son tus fortalezas para empezar y conseguir el cambio que deseas?